viernes, 16 de marzo de 2012

ESTRATEGIAS LECTOESCRITORAS. HABLAR Y ESCUCHAR

HABLAR
“HAY QUE HABLAR BIEN, FACIL, EXACTA Y OPORTUNAMENTE”. Jean de la Bruyere.: la comunicación, tanto oral como escrita, siempre debe estar referida a circunstancias concretas (personas, cosas, acciones, eventos, acontecimientos, etc.) vividas por los alumnos, bien sea de la vida extraescolar o en las otras áreas escolares.  En segundo lugar, comunicarse con alguien significa que los alumnos desarrollan sus habilidades comunicativas en el trato con los otros, allí surge la necesidad de decir algo; de decirlo para lograr algo; de decirlo con cierta claridad, con cierta precisión, con cierta intención, en general de expresar sus sentimientos, emociones, actitudes, y conocimientos.
Las relaciones entre dos o más personas varían según el plano de las mismas, así será diferente entre superiores e inferiores o subalternos, hermanos y familiares, amigos, conocidos o desconocidos, paisanos o extranjeros, etc. El asunto o tema de la conversación podrá ser enérgico, suave, seria, alegre, triste, etc. Las cualidades de la conversación: moralidad, decoro, corrección, naturalidad, confianza, franqueza, espontaneidad, afectación o pedantería.

Hablar bien es expresarse dignamente; no faltar a la cortesía ni a la gramática; decir todo con gracia y delicadeza, evitando la vulgaridad y el mal gusto; es saber pintar bien, pero sin afectación, aquello que se cuenta o que se expresa.

Hablar fácilmente es no fatigar a los oyentes con la premura o tardanza de expresión, con fluidez y naturalidad, pues hablar es un arte, un verdadero arte, aunque para ello se requiere grandes cualidades morales (sensibilidad, delicadeza, discreción, tacto), cualidades intelectuales (instrucción, imaginación, memoria, reflexión, espíritu de observación, criterio, sagacidad), ciertos talentos oratorios (facilidad de palabra, flexibilidad en los modales y en el gusto, entonación variada, viveza de expresión).

Para que el uso del habla sea efectivo se requiere de medios como el trato asiduo con gentes cultas, de buen gusto y de reconocida prestancia; el ejercicio frecuente de conversar reflexivamente bien, esto es, de medir bien las palabras y de expresarse con elegancias, pero sin dejarse llevar de la afectación; la lectura, cuanto más instruida sea una persona, más podrá sostener el interés de una conversación.
La importancia de saber hablar bien es indispensable para la vida diaria, pues, el hombre como ser social, está siempre expuesto a las charlas, los coloquios, las narraciones, las disertaciones, los chistes, etc.

LA COMUNICACIÓN NO VERBAL
Si tuviéramos que desarrollar una conversación por medio solamente de palabras, habría a lo largo de toda ella una serie de vacíos. Sin embargo, estos vacíos no existen pues se llenan con actividades no verbales que son separables dentro del discurso, por ejemplo levantar el volumen de la voz, señalar con el índice, guiñar el ojo.  Esto le  da vida a las palabras.
La comunicación no verbal  abarca una serie de cualidades no verbales vocales  como timbre, volumen, entonación, risa, duración silábica, jadeo. A su vez lo no lingüístico, comprende un conjunto de signos que tienen que ver con la gesticulación, mímica, el movimiento, la  posición del cuerpo, proximidad espacial, la mirada, entre otros.
La kinésica hace referencia a los movimientos y posiciones conscientes o inconscientes, aprendidos de percepción visual, audiovisual y táctil (cinestésica) que, aislados o combinados con la estructura lingüística y paralingüística y con otros sistemas somáticos y objetuales, poseen valor comunicativo intencionado. Es decir, en este campo se ubican los movimientos expresivos de la mano (saludo, parada, despedida), brazos, piernas, tronco y cabeza. (lenguaje de los sordomudos).
La Proxémica. Pertenece a esta dimensión el espacio que se deja entre los interlocutores. Hablamos a mayor o menor distancia física, de acuerdo con el estatus y familiaridad de los oyentes. Al hablar con autoridades nos separan objetos como escritorios, mesas, otros.  Hall, citado por Heinemann, establece cuatro diferentes distancias en la interacción humana:
Íntima: agresión, atracción, confidencia, sexual. Puede llegar al contacto físico como el abrazo entre amigos y familiares.
Personal: charla, playa, cine, entrevista, etc.
Social: vehículo público, estación, restaurante, fila.
Pública: oratoria, calle, parque, actor-público.

ESCUCHAR: tiene que ver con elementos pragmáticos como el reconocimiento de la intención del hablante, el reconocimiento del contexto social, cultural, ideológico desde el cual se hable; además está asociado a complejos procesos cognitivos ya que, a diferencia  del acto de leer en el que se cuenta con el impreso como soporte de la significación, escuchar implica ir tejiendo el significado de manera inmediata, con pocas posibilidades de volver atrás en el proceso interpretativo de los significados. Escuchar es, entonces, el proceso mediante el cual un mensaje es descodificado y respondido racionalmente luego de ser analizado en contexto. Escuchar es una actitud fundamental en el proceso de comunicación oral, pues permite enriquecer el diálogo con nuevos aportes. “EL ARTE DEL BUEN HABLAR ESTÁ EN EL SABER ESCUCHAR”.
ACTIVIDADES:
1.     De acuerdo a los aspectos teóricos anteriormente anotados, acerca de las habilidades de hablar y escuchar, ¿Qué características debería tener un maestro dentro y fuera del aula? Y ¿Cómo lo lograría?
2.     Escriba un listado de  comandos u órdenes, expresiones de cortesía, formas de saludo, de despedida, entre otros, que le ayudarían a la comunicación dinámica y respetuosa dentro del aula.

No hay comentarios:

Publicar un comentario